"Treinta años navegando en el quehacer de la poesía"
Imaginar el quehacer literario en Puerto Padre sin la presencia del grupo Iberoamericano de la décima Espinel -Cucalambé sería como mostrar una de las aristas más importantes de la cultura, en esta ciudad de mar y molinos. Quizás presisamente las aguas azules impulsaron al poeta Renael González Batista
a soñar con una sabia idea, aglutinar a personas con inquietudes artísticas y un objetivo común: Favorecer el cultivo, desarrollo y difusión de la décima, fue así que el amor con que embriagaba febrero propició un encuentro entre poetas, pintores y músicos para que viera la luz en la casa de la poetisa Reyna Esperanza Cruz Hernández, el proyecto que tomaría el nombre de dos poetas famosos cultores de la décima.
A treinta años del importante acontecimiento y al compás del concierto de las olas, aquella semilla se ha convertido en árbol. El grupo cuenta con miembros a los largo de toda la isla y en el extranjero, son numerosas las publicaciones de carácter individual con varios libros de creadores del grupo o en antología de diferentes editoriales del país y fuera de el. Se convocan concursos anuales que van desde municipales hasta nacionales y otros de los sueños se han hecho realidad a través de galas, exposiciones y espectáculos con el protagonismo de la décima .
Mención a parte merecen las condecoraciones otorgadas dentro de los que destacan El Laúd y La Placa Porada del Cucalambé .
En el tiempo han sido varias las celebraciones y homenajes dedicados a este grupo cuya labor junto a otros en el país ha determinado la permanencia, desarrollo y revitalización de la estrofa nacional, en el ámbito literario que defiende los valores patromoniales e identitarios.
Desde un puerto seguro salen a navegar los versos sobre este velero hacia el ancho mar que es la poesía y el eterno capital que lo guía desde otra dimensión con los catalejos dónde se ha hecho eterna su mirada.
Miguel Navarro , escritor puertopadrense
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