Breve historia de la Salina puertopadrense
En la primera década del presente siglo, el sistema de producción era muy rudimentario y cíclico, siendo tan bajas que la sal se media en sacos o quintales, de calidad pésima por la precipitación del sulfato de calcio, magnesio y otros productos que acompañan al cloruro de sodio al producirse una cristalización sin control del proceso.
Solo algunos de los parcelarios poseían cristalizadores al oeste, al norte y al oeste de las cercanías de la planta, cercano a la meseta actual existían también ( cerca de la llamada zona de la cruz) y algunos tenían una laguna madre por donde se lograba los 24 grados y luego un depósito para su posterior entrega a los pequeños cristalizadores de donde se extraían de entre 100 a 300 t en los mejores momentos, pero otros solo tenían una laguna donde cristalizaban todas las sales.
Inicio de la industrialización
Para principios de 1932 llega a la salina procedente de Ciego de Ávila Benito Romañach, el cual es dueño de un central azucarero que producto a la rebaja de los precios del azúcar quedo casi arruinado, íntimo amigo de Tomás Martín logro obtener el 15 % de las acciones de la salina hacia las zonas cercanas a la actual planta y con el devenir del tiempo paso a ser dueño de toda la salina con sus dos hijos, Luís y Benito.
En 1932 Producto a la competencia existente con la salina de Caimanera Propiedad de la Reguera Bruch y Bernal, así como de Lumie dueño de la salina Bidos, se vieron obligados al montaje de la planta de moler sal, siendo trasladada la estructura de un central viejo, el Fortuna desde Pinar del Río, lo cual costo unos 10000 pesos.
Se instalaron:
- 6 centrifugas
- 1 caldera de 200 HP
- 1 molino de piedra( luego sustituido por uno de masas y más tarde de martillos)
La planta arrancó a moler en 1934, aunque anteriormente al montaje se molía sal secada al sol con un molino de piedra de 20¨ en la zona de los Jarros. Esta planta se movía por sistema de transmisión.
La Sal se embarcaba en aquel entonces por los Jarros y Corrella en goletas trasladándose desde la orilla en chalanas pues no existía muelle, posteriormente se construye el muelle en los algodones, cargándose los buques el tropical, El Oriente y Eusebio Costerillo de particulares.
El personal que trabajaba en esa época eran jamaicanos, haitianos y holandeses de la zona de San Manuel, lo hacían por 40 cvs y la comida, teniendo que sacar 360 quintales por cuadrillas, compuestas de 6 u 8 hombres.
El trabajo en aquel entonces era cíclico en todas las actividades a sea que se trabajaba solo una parte del año. Al caer el gobierno de Machado fueron quemadas y saqueados casi todas las instalaciones (bodegas, oficinas, almacenes, casa de dos pisos, así como los camiones existentes por los guajiros que venían a robar la sal procedentes de la zona de Velazco).
Gracias Fidel
En 1971 posterior a la plenaria de Fidel con los mineros debido a situación que se confronta con la sal en el país, se entregan recursos para los primeros pasos por la mecanización de la extracción de la sal en el país.
Para una semi-mecanización el 13 de Marzo de 1971 se reciben el tractor Picolino para picar sal con un sistema rota bator, el tractor Volga para el apilado de la sal, la alzadora para la carga y como medios de transportación equipos de volteo, los cuales fueron sustituidos posteriormente por tractores con carretas.
En este mismo año se acogen además bandas transportadoras para el apilado de la sal en mesetas, para la estiba de sacos y el cargue de patanas en el muelle así como un montacargas que se empleó en el cargue de barcos, rastras, así como la paletización de la sal gruesa.
De esta forma es a partir de 1971 en que el obrero salinero puertopadrense le dice adiós al sistema de extracción manual y a las condiciones adversas de las operaciones.