El Cenicero / Proyecto Arte y Memoria/ Casa de Cultura Ángel Alfonso Ferarra
Municipio: Puerto Padre Las Tunas
Por Alexander Pascual Estrada
Olga Julia es negra como su poesía. Canto fecundo a sus orígenes. Convergencia descrita en sus versos. Evocación al alma primigenia, a los hombres y mujeres llegados con las mareas, a sus islas. Canto subli-me a la remembranza de quiénes nos legaron su impronta. A esa comunidad de humildes moradores van dirigidos estos versos Sobre arrecifes buscaré un poema/Voy a los puntos del cenit. Me instalo/Le pido a las espumas de re-calo/La botella de luz sin anatema. Versos marinos evocados desde la memoria. Conjuro de apotemas del silencio. Juicios de insumisas de-cisiones. Versos de mar. Salinos versos. Encallados en un antiguo arrecife. Venidos desde lejos. Desde todos los mares y, entre la bruma del solsticio, encadenar metáforas, símiles e hipérboles. Versos de allá, de la tormenta, del huracán impío. De esos mares que dejaron de ser Nostrum para acodarse en cañave-rales, verdes, tan verdes como los fondos playeros que bañan otras ínsulas. Versos desnudos, seculares, invocadores. Pálpito de hiedra, miel y pasatiempos. Memoria precisa. Anda-dura trabajadora. Oasis lejano. Pinceles anhidros. Dibujos nostálgicos. De viaje. De andadura solemne. De sol y enaguas. Versos simples. Adornados con luz de luna, canciones antiguas, idioma extraño. Poema sin fin. Anudado en la certeza del recuerdo e incluso en la certeza de lo vivido. Y busco frente al mar ríspido tema/La vida en su color de tinte malo/Con premios de pena la ola esca-lo/Y tomo de la mar su blanca gema. Acompañada de nostalgias, vuelve al sendero ancestral, al puente unificador de esperanzas, a la inopia de las tierras de origen. Miles de tierras encadenadas ante el suplicio de las necesidades. Mar acompasa-do; abrupto camino, difícil travesía, conjuros superpuestos, silentes marinos. Versos de búsquedas. Sola-pados en el intersticio de la mansedumbre. Origen de la nada. Rezos y sobrevida. Vuelta a la memoria. Regreso al principio de todo. Juego de costumbres. Sobrevuelo de sueños. Respiro mar, azufre de la brisa/Donde nace la costa en su premisa/Y soy como guijarro sin reverso. Toma de la mar el compromiso. La secuencia multiplicada en otros seres. El ímpetu solaz, verbena eter-na. Un viaje sin retorno. Pesadez del compromiso. En medio de la noche voy deprisa/Buscando en las entrañas su divisa/Al impulso de mareas ato el ver-so. Para absorberse en la pasión enamorada de sus ancestros. Vital refugio de una poética definida. Sem-blanza amortajada en los miles de misterios acunados en la sombría imagen del firmamento marino. Busca, entre horizontes, la respuesta a tantas enseñanzas místicas, inaplazables para comprender su propia existencia. Ibidem Ibidem Ibidem Palabras Lo negro en la poesía de Olga Julia Solórzano Richardson
El patrimonio musical es el conjunto de bienes y composiciones musicales, tanto materiales como inmateriales, que han sido producidos por la sociedad a lo largo de la historia y que contribuyen a identificar su cultura.
Lo constituyen las obras musicales paradigmáticas de todos los tiempos, los géneros musicales identitarios, el pensamiento musical de sus creadores y sus historias. Son también los bienes materiales o espirituales, ya sean por creación o por apropiación, que identifican a una comunidad en su devenir histórico y en su proyección social. Sus exponentes se erigen en tesoros artísticos y culturales que adquieren un alto valor y gran significación en cualquiera de las esferas de creación de la música. De ese modo, patrimonio musical pueden ser obras musicales, artistas que son tesoros humanos vivos, instrumentos musicales; partituras originales manuscritas por sus autores; documentos originales que atestigüen la historia de la música y de sus protagonistas; grabaciones musicales de alta significación, y hasta ciertos tipos de reproductores de esas grabaciones por sus singulares valores de testimonio tecnológico e histórico.
Desde su fomento y desarrollo Puerto Padre cuenta con una tradición cultural fundamentalmente de raíz española y los aportes de inmigrantes árabes, asiáticos y antillanos establecidos en la zona y con ello una rica tradición musical que se remonta a finales del Siglo XIX. En esta época se destaca Enrique Peña, quien estudió música con los maestros Marcos González y José Santos Betancourt. Se incorporó al Ejército Libertador y fue corneta de las tropas de Calixto García. Al concluir la guerra y radicado en La Habana crea su propia orquesta con la que despunta en los escenarios habaneros. Para inicios del Siglo XX se habla de la Academia de Música fundada por el profesor e instrumentista holguinero Juan Márquez en la que se formaron los músicos jóvenes que posteriormente integraron la Banda de Música Infantil creada el primero de septiembre de 1914, antecedente de nuestra Banda Municipal de Conciertos. Varias serían las orquestas creadas. La primera Charanga de Puerto Padre fue organizada por Antonio Nadal Figueiras en 1920 y en 1923 Cipriano Ignacio Torre constituyó la Estudiantina Tárrega. Tuvieron su momento de gloria y esplendor en nuestra historia musical Embajadores del Ritmo (1929), Copacabana (1952), el Conjunto Típico Oriental (1967); Orígen (1996) y Son del Puerto (1997). Eventos como el Vila de los Molinos, el Basilia Cobas y Las manos y el ángel son espacios donde se presenta lo más destacado de nuestros exponentes.
El 29 de mayo ha sido escogido como el Día del músico puertopadrense porque hay talento y virtuosismo en los portadores de la tradición musical, con más de cien años de historia. Varias son las generaciones que han ocupado espacio en el desarrollo musical villazulino, en la que se destacan un grupo de familias que mantienen y transmiten los valores musicales que le son inherentes por derecho propio. Márquez, Ignacio, Díaz, Guillen, Ferrer, Herrera, Burunat, Gisbert, de la Rosa, Torres… son algunos de los apellidos que se repiten dentro de esta tradición musical. Sin dudas, Cipriano y Luís Ignacio, fueron batuta insigne en esta etapa, con una treintena de años cada uno en la dirección de la Banda, quienes formaron generaciones de músicos, crearon orquestas, composiciones musicales, escuelas de música y brillaron con luz propia irradiando el entorno villazulino. Decenas de músicos, compositores, instrumentistas, intérpretes, en agrupaciones o solistas se han destacado en el territorio, pero hay dos que, a mi juicio, alcanzaron una dimensión internacional: Emiliano Salvador Pérez y Juan Pablo Torres. En lo tradicional o campesino le corresponde un lugar cimero a Luís Rodríguez Almaguer, el Chino Velasqueño. A las nuevas generaciones ha tocado la tarea de mantener la tradición musical y sería extenso nombrarlos a todos.
En lo que respecta al legado musical heredado desde lo inmaterial están las historias que, individuales o en conjunto, han escrito los portadores de los géneros musicales. Historias que aún están por escribir, salvo algunos intentos realizados sobre la Banda Municipal, Emilianito o Juan Pablo Torres. A este patrimonio le urge una mirada intencionada para acopiarlo, antes que los portadores ocupen otras “dimensiones” o los recuerdos se disuelvan con el tiempo. El patrimonio cultural material ha jugado con mejor suerte.
En los fondos del Museo Municipal y archivos personales se atesora gran parte de la historia musical puertopadrense. Aunque en la institución cultural que los atesora solamente hay 54 documentos y 21 objetos históricos, entre ellos: Manuscritos; Carneses; Documentos; Fotografías; Discos de acetato; Instrumentos; Vestuarios; Útiles y un Cañón de salva utilizado por la Banda Municipal en sus retretas. De las figuras más representativas de la música local atesoramos objetos de la Banda Municipal de Conciertos; Cipriano Ignacio Torres; Emiliano Salvador; Enrique Puente; Enrique Peña y Luís Rodríguez Almaguer. Estos objetos han sido expuestos en las muestras permanentes o temporales del Museo y son celosamente custodiadas y conservadas. Quien no corre la misma suerte es el patrimonio que permanece oculto, guardado o protegido por los portadores de la tradición o sus familiares. Lo más doloroso es que el patrimonio familiar, en lo que las nuevas generaciones van fomentándose, se va perdiendo, no solo por su estado de conservación, sino por la dejadez, el abandono o el poco interés que se muestra. Si bien protegerlo es prioridad de sus portadores o familiares lo es también del estado cubano y en lo particular nuestras administraciones municipales (gobierno o Cultura). Urge promover acciones para obtener, desde diferentes vías, los bienes que se atesoran. Un Museo de la Música sería el sueño mayor.
Es función del Museo cumplir esa misión social, pero rescatarlo nos corresponde a todos. El patrimonio cultural villazulino nos identifica. Nos ensancha el corazón y profundiza el ego. Conservarlo para las futuras generaciones ha de ser la exaltación de la «más bella forma de lo bello»
Con el objetivo de promover el libro como fuente de conocimientos, estimular y fortalecer el hábito de la lectura y desarrollar investigaciones científicas en el sistema de Bibliotecas públicas , se realiza cada año en la Villa Azul Puerto Padre el encuentro de experiencias del Programa de la Lectura.
El evento de base se desarrolló en la Biblioteca "Luis Sera Moreno", de la localidad de San Manuel.
La música pop (contracción del inglés pop music), también conocida simplemente como pop, es un género que tuvo su origen a finales de los años 1950. Para diferenciarse de los distintos géneros de la música popular cubana comenzaría a llamársele "música moderna", porque se caracterizaría por el empleo de guitarras eléctricas, drums, teclados electrónicos, entre otros instrumentos musicales, con arreglos vocales y concepciones armónicas alejadas del convencionalismo de años anteriores.
Con la llegada a Cuba y específicamente a Puerto Padre de los primeros grupos de repatriados desde los Estados Unidos entrarían discos de The Dave Clark five, The Mamas and the Papas, The Platers, entre otros iniciadores de esta modernidad. En Cuba eran importantes los múltiples cuartetos vocales como Los Modernistas, Los Bucaneros, Los Memes, solistas como Luisa María Güel, el dúo de Mirtha y Raúl, los Combos Los Dadas, o Los Barbas que influyeron en el gusto de la población joven y los músicos con inquietudes renovadoras.
Desde inicio de la década del sesenta surge el término "combo", como grupo de pequeño formato con las características instrumentales antes mencionadas. Así el "Combo Puerto Padre", posteriormente llamado "Combo Cuba" (en la foto), representaría el país en el Festival de la juventud y los estudiantes en los países llamados socialistas en el año 1965, aquí se destacan las figuras de Emiliano Salvador Pérez, Juan Pablo Torres, José Julio Herrera y un grupo de talentosos jóvenes del poblado de Delicias. Bajo la dirección de Gerardo Corredera García se crea en 1966 el cuarteto Los Capry, que tuvo repercusión además por el vestuario desenfadado, en la minifalda en Nancy Fernández Casamayor y los pantalones cortos y ajustados, además de peinados excéntricos para esa época y con la marcada influencia de la música de los cuartetos norteamericanos. Surgiría posteriormente el Combo Siboney, liderado por el saxofonista Jesús Aguilera que incorpora los instrumentales de Fausto Papetty y los éxitos que comenzarían a radiarse en programas como Sorpresa o Nocturno, de Radio Progreso. Aparejado a esto los instructores de música Argelio Puig Méndez, crearía el Cuarteto Los Laser, con la bella voz de Miriam Hernández, con versiones de temas de Roberto Jordan, Marisol, Los Brincos, entre otros. Apadrinaría a Los Rodas con versiones de The Rolling Stones, The Beatles, entre otros y el cuarteto vocal Las Mings, alumnas de la Secundaria Básica Salvador Cisneros Betancourt que interpretarían versiones de canciones del pop español.
La instructora y pianista Marina Night secundaría Los Prichis, del poblado de San Manuel y Los 7R5, se destacaron el saxofonista Tomasito Velázquez y Robertico Rodríguez, que además fabricaba los amplificadores y guitarras eléctricas, que muchas veces eran la adaptación de una unidad electromagnética en una guitarra criolla, pero que debía tener la estridencia y el timbre que distingue esta época. Ya en la década del setenta en el poblado de Delicias, auspiciados por la Dirección de Comercio surgen Los CIRAG, (acróstico de Comercio Interior Regional Antonio Guiteras), bajo la batuta del guitarrista Miguel Nadal y la voz potente de Edilberto Torres, el Jigue, versionarán a Los Terrícolas, Los Pasteles Verdes, Ángeles Negros y algunos temas bailables cubanos. En la Casa de Cultura de Vázquez se crea el grupo Ogadén, en honor al combate de tropas cubanas en el desierto de este nombre en Etiopía, agrupación que representó la provincia en festivales y eventos nacionales. Hay que destacar en esos años el apoyo de la CTC y las direcciones de culturas a este movimiento, apoyo que se perdió por completo en nuestro país.
En la década del ochenta se destacan los grupos Aspa 5, con el liderazgo de José Luis Vergara, que rescataría gran parte del repertorio de Los Beatles y Los Fórmulas V, y el grupo Océano, aquí se dio a conocer la voz de Eberto Pérez que interpretaría números de Franco de Vita o del movimiento de la nueva trova y la bella voz de Sandra Orce. En ciertos momentos estas agrupaciones sufrieron la intolerancia, e incomprensión por autoridades, políticas y culturales, que criticaron el vestuario, las melenas y hasta el repertorio de las mismas, a pesar que marcaron la vida cultural de una época, y todas las semanas tenían presentaciones con gran acogida de público.
Hay aspectos negativos que limitaron un mayor desarrollo de estas agrupaciones, como son la carencia de buenos instrumentos, que al inicio eran casi siempre "criollos" o de elaboración artesanal, la utilización de equipos de audio de poca potencia, la carencia de suficientes micrófonos y el hecho de que muy pocos tenían creaciones propias, que se caracterizaron por hacer versiones de números foráneos o "covers" imitando las creaciones originales. Solistas como Pablo Velázquez, los hermanos Arnedo y Tomás Leyva han tenido en su repertorio temas del pop latino.
En el presente siglo, época que otros géneros y tendencias musicales acaparan la atención de los jóvenes en nuestra ciudad, surgió el cuarteto vocal Insieme, que defendía las composiciones de Bouris Luis Bosch y tuvo una intensa vida cultural. El grupo Recuerdo.com, liderado por Gerardo Corredera García, por donde han pasado las voces de José Valiente Suárez, Alfonso Abraham y Sandra Fernández, instrumentistas como Ernesto Díaz Gómez, Máximo Pérez González entre otros, manteníamos un espacio semanal y actividades con un club de fans, fueron fundadores del evento internacional Arañando la nostalgia.
El renacimiento de Aspa- Fénix bajo la dirección de Jesús Clemente Yapur y Héctor Batista Piñón mantienen viva la esencia del pop y los ritmos y canciones que aún hacen soñar en el mundo a millones de personas.
8 de Abril, Jornada Cucalambeana municipal en Puerto Padre. La Jornada Cucalambeana es la fiesta que distingue a la Cultura campesina cubana, promueve la décima como máxima expresión de la literatura de los campos y continúa el legado de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo "El Cucalambé ", llevando a las comunidades un amplio programa de actividades. En esta ocasión la jornada se desarrollará en el Río de Delicias. La fiesta campesina incluirá muestras de artesanía, décima ilustrada, paisajes, platos tradicionales, guateques, espectáculo infantil y espectáculo de elección de la flor de Virama.